Son capaces de jugar 12 horas seguidas y hacer ‘campañas’ que duren tres años. Entre el misterio y la desconfianza que creó a su alrededor un crimen tristemente famoso a principios del año 2002, ellos siguen practicando una pasión que no exige nada más que lápiz, papel y… mucha imaginación. Son ‘locos por el rol’.
Texto: Laura Hurtado / Fotos: Oriol Clavera
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