Los gauchos argentinos, esos hombres sin dueño ni patrón que viajaban sin rumbo a través de la infinitud de La Pampa, ya no existen. Sin embargo, su impronta sigue viva en la arquitectura de las estancias, los objetos históricos que decoran sus interiores, y los espectáculos de destreza criolla aromatizados por el delicioso olor de la carne asada.
Texto: Julián Varsavsky
Fotos: Ariel Mendieta y Marta Caorsi
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