El kickboxing no se clasifica como uno de los deportes de contacto olímpicos: taewkondo, judo, lucha y boxeo. Sin embargo cada día hay más afición. En el último Campoenato del Mundo, celebrado el año pasado en Santorini (Grecia), España conquistó 14 medallas. “Respeto y humiladad” son sus principales valores.
“No quiero morir sin sentir cicatrices”, la cita retumbaba en la cabeza de Oriol Segon, el fotógrafo que se ‘incrustó’ en la piel de varios combatientes de kickboxing cerca de Barcelona. Su intención era meterse en la piel de cada luchador para transmitir lo que sienten antes y después cada duelo.
“Cuando sales al ring todo se transforma. Sabes que el trabajo está hecho y el combate se convierte en un duelo contra el ‘KO’”, explica un luchador. “Has visualizado el combate días atrás. Has entrenado. Has seguido la dieta y te has pesado. Todo está calculado. Pero cuando suena la campana; Cuando suena la campana todo se precipita: golpeos contínuos, bloqueos, patadas y puños… Puedes ganar por puntos o por superioridad. Pero siempre quieres evietar el ‘K.O’. Por respeto a ti mismo y humilidad”.
