La trashumancia es tan antigua como el concepto mismo de ganadería: después de la última glaciación, la domesticación de algunos de los grandes herbívoros hizo que las nuevas comunidades humanas tuvieran que seguir la migración que hacen los animales en busca de nuevas zonas de pastoreo.
Pero más allá de la dureza del viaje, la trashumancia nos revela un modo de vida que se resiste a desaparecer y que trata difícilmente de encontrar su sitio en esta época de globalización económica y de búsqueda inmediata de beneficio. Este magnífico retrato nos conduce por unos territorios por los que ya no solemos transitar, acompañando a unos hombres de vida dura, resistentes en un mundo en el que no parece haber sitio para ellos… (sigue)
Fotos: Xabier Mikel Laburu