Una decena de psicolingüistas y antropólogos del Instituto Max Planck han estudiado durante años conversaciones de 13 idiomas diferentes para concluir que la vista es el sentido más importante. El oído y el tacto se alternan en el segundo y tercer lugar. Mientras que el sabor y el olor son los menos relevantes.
Contemplar la serie de fotografías realizadas a personas ciegas por Rubén Plasencia (Canarias, 1986) provoca una extraña atracción: la peculiar belleza de unos rostros marcados por experiencias por las que nosotros, cómodos espectadores, nunca hemos pasado, nos permite asomarnos a un mundo desconocido y fascinante donde los parámetros expresivos han sido invertidos.
Si por una parte destaca la inmensa dignidad que emana de estos rostros, por otra, la involuntaria desnudez de unas personas que no tienen el control sobre sus expresiones, como lo pueden tener los videntes, nos convierte quizás involuntariamente en voyeurs.
Fotos: Rubén Plasencia / España
